"ayer y mañana" Alejandro Costas
Cuando nos tendemos juntos,
con la cabeza aún mareada por el vino de la cena,
las palabras se miran, se cruzan,
se escuchan como se escucha el viento en la meseta.
.
Los dedos juegan con las canas
Y corren suavemente por los pliegues de las sonrisas.
Las miradas tiernas hunden los brazos en las estrellas.
Y prometen un cielo cercano.
La frescura de la piel anida en el pecho.
El ímpetu joven madura en el deseo;
la timidez se hace confianza; el arrebato, paciencia,
y la reserva es entrega.
Y crece la pasión y el fuego
en este amor maduro ... que no es viejo.
(Neuquen. Argentina)
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