"Salgo del laburo seis y pico y me voy de joda". "Esto es re trucho, funca como la mona". "¡Hace un lorca! ¡Qué lo tiró!".
Estas son sólo algunas de las frases que pueden escucharse un día cualquiera, si uno camina por las calles de Buenos Aires.
Ahora palabras y expresiones como éstas, que son de uso diario para los argentinos pero distan mucho del español que enseña la Real Academia (RAE), tienen su propio espacio de referencia.
Se trata del "Diccionario integral del español en la Argentina", un libro de casi dos mil páginas, que explica el significado de unas 40 mil palabras usadas comúnmente en Argentina.
Según sus creadores, no se trata de un libro de "argentinismos", sino que mezcla palabras autóctonas con otras de origen español o incluso de otros idiomas como el inglés, pero en todos los casos explica el uso que se le da en este país.
"La mayoría de los diccionarios que se usan en Argentina toman como base un diccionario producido en España", afirma Federico Plager, el editor coordinador del diccionario, del sello Voz Activa.
"Pero un diccionario español tiene unas 160 mil acepciones y de esas sólo unas 30 mil aplican a este país", explica a BBC Mundo.
Como ejemplo, afirma que en España un "frigorífico" es una heladera, mientras que en Argentina es una empresa que comercializa carne.
Independencia idiomática
El profesor de Historia de la Lengua de la Universidad de Buenos Aires José Luis Moure, quien redactó el prólogo del diccionario, afirma que es solamente el segundo en su tipo en toda América Latina.
"Yo creo que marca un hito. Lo que tiene de notable es que hubo un sólo intento de hacer algo parecido, que fue un diccionario que se hizo en los años '70 en México", señala el académico, miembro de la Academia Argentina de Letras.
Para algunos puristas, el hecho de que exista un diccionario que refleje el uso diario que le dan los argentinos al idioma, de alguna manera legitima un uso "incorrecto" del español.
Moure no está de acuerdo: "El objetivo que deberían tener todas las naciones hispanoamericanas es admitir la absoluta legitimidad de su forma de hablar", opina en diálogo con BBC Mundo.
"Sus formas de hablar no son incorrectas por el hecho de que no estén en la Real Academia Española", continúa. "Las naciones han alcanzado su mayoría de edad y el idioma que hablan es el que hablan, no hay que pedirle ni permiso ni autorización a nadie".
Ardua tarea
El trabajo de recopilar el hablar diario de los argentinos le llevó a unos 60 expertos más de tres años.
El diccionario incluye palabras que no están en la RAE, como "bagarto" (persona muy fea) o "ponja" (de Japón), y explica el contexto en el que se usa dicha expresión, según se dé en un ambiente coloquial, formal, grosero o infantil.
También incluye más de 15 mil frases, como "tirar la casa por la ventana" (hacer gastos grandes) o "bajar línea" (obligar a alguien a que haga algo de una determinada forma).
Y por supuesto no faltan las expresiones de origen "lunfardo", habladas originariamente por las clases bajas de Buenos Aires, y hechas populares por el tango. "Mina" (mujer), o "torrar" (dormir), son dos ejemplos.
Según Plager, el diccionario apunta principalmente a los argentinos, y busca reflejar la forma de hablar que ellos conocen.
Sin embargo el libro puede venir bien a más de un extranjero que esté de visita en Argentina, y quiera entender esa particular forma de hablar el español que tienen en la tierra del "che" y del "vos".
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