viernes, mayo 29

Alvaro Mutis: "La literatura no tiene función social"



El narrador y poeta colombiano, ganador del Premio Cervantes en 2001, dice que la novela "acompañará al hombre hasta su último día".

ALVARO MUTIS: "Hay películas excepcionales, pero eso no es literatura, eso es cine, es otro mundo, son otros elementos".

Cómo se llevan la literatura y la sociedad de la información? ¿La tecnología ha menoscabado a la literatura?

Yo desconozco por completo las computadoras. No he tocado una en mi vida. Sé por mi nieto, Nicolás, que existe en Internet algo llamado Wikipedia, donde está todo: desde lo más banal hasta lo más sublime; para mí eso tiene algo de ciencia ficción. Creo que frente a esto la literatura tiene su camino marcado, acompañando al hombre desde hace milenios. Todo esto que llaman la informática, todos estos aparatos, poco tienen que ver con el fomento o el incremento de la literatura. La literatura nace del hombre en una forma completamente natural, hay grandes vacíos en las épocas, hay siglos, a veces, en donde sólo dos o tres obras vale la pena que continúen existiendo, y esa es la literatura, es un don del hombre que no está sujeto a ninguna suerte, ni a ninguna mecánica. Ahora bien, en nuestra época, siento que hay contra la literatura una serie de medidas y de sistemas, que alejan el interés del creador literario de la verdad que tiene que decir, y lo colocan en un camino de una palabra que yo detesto, que se llama éxito.

¿El mercado impone sus criterios, entonces?

Totalmente. Pero, la literatura seguirá existiendo. Siempre he dicho que lo último que hará el hombre sobre la tierra, cuando el planeta desaparezca gracias al sobrecalentamiento que está sucediendo con una fuerza impresionante, será decir unas palabras muy semejantes a un poema, un trozo de poesía para despedirse del mundo. Y hablo de un poema porque la condición de la poesía es decir una parte de nuestra más secreta y más profunda visión del universo y de la gente, de los hombres, de nuestros hermanos; decirlo en una forma que no se parece en nada a todos los otros medios de comunicación: a partir de sus propias entrañas, en lo más íntimo, y que sea verdad.

Hablaba recién de un mercado exitista. ¿Ese tipo de mercado forja lectores alérgicos a la escritura sofisticada?

El mercado es un accidente que tiene que sufrir la creación literaria que se convierte en libro. Yo, por ejemplo, mis libros los imagino y los sueño como personas; y de pronto, pienso: "Ay, mis pobres libros, en los estantes de las librerías, y muuuuuy de vez en cuando, en las vitrinas, pobres, ¿qué harán?, ¿cuándo llegará un lector que los recoja y se ponga en relación con ellos?". Están sujetos a una serie de eventualidades que yo ya no puedo controlar, ni me interesa controlar. Que caminen ellos.

¿Existe para usted una función social de la literatura?

No, en absoluto. La literatura no tiene ninguna función social. Eso es uno de estos inventos –a partir del siglo XIX– que transforman y deforman la noción de la literatura. La literatura –insisto– es una visión muy personal, muy íntima del hombre, del mundo y de sus hermanos, de sus semejantes. Esto no tiene función social ninguna. Los críticos y la gente interesada en darle al arte ese camino de la función social, se la colocan, se la imponen, pero nunca van mucho más lejos de lo poco que ellos pueden alcanzar respecto a algo que no es una verdad. La literatura tiene su propia vida, tiene su propia razón de existir y nada más. No está ni para rescatar al hombre ni para hacer mejor la vida del hombre ni para hacer mejor la vida de la sociedad.

seguir leyendo

No hay comentarios.: