Lo que surge como un comentario a mi poesìa "tu cumpleaños"
lo presento asì. Es nuevamente la voz desde España:
Dicen que llora a raudales
por los caminos del alma,
que la han visto arrinconada
bajo la sombra de un álamo
en el bosque de las ánimas,
que su cuerpo antes erguido
ahora es un junco que dobla el viento
en la rivera del río
cuando la tempestad
azota sus quietas aguas.
Ya su cabello no brilla,
sus ojos verdes se apagan,
sus manos que eran marfil
ahora son madera basta,
su cuerpo de fino alabastro tallado
, ligero grácil, etéreo,
ahora es como la rama de un árbol
al que el estío lo secara.
Esa sonrisa brillante
que en la mitad de la noche
cuando la luces se apagan
y solo brillan luceros
en la llanura estepada,
se apagó con la mañana.
En la fragua de su pecho
donde ardía la esperanza
que alimentaba en silencio
con la secreta esperanza
de que otro día nuevo
esas ascuas avivaran,
murió al nacer el día
y ver que fue baldía su esperanza.
Dicen que la niña muere,
que su existencia se apaga,
que ya no canta la alondra
y los ruiseñores callan,
que las flores se han secado,
que el verde valle se apaga
y el verde se ha vuelto oscuro
y el viento,
ese que a sus cabellos sueltos
muchas veces agitara,
se ha quedado dormido
en las colinas del alma.
Dicen que llora a raudales
los que la han visto sentada
en la oscura seca rama,
dicen que llora la niña
porque murió su esperanza.
JOSE R. MUÑOZ MAYO2007
lo presento asì. Es nuevamente la voz desde España:
Dicen que llora a raudales
por los caminos del alma,
que la han visto arrinconada
bajo la sombra de un álamo
en el bosque de las ánimas,
que su cuerpo antes erguido
ahora es un junco que dobla el viento
en la rivera del río
cuando la tempestad
azota sus quietas aguas.
Ya su cabello no brilla,
sus ojos verdes se apagan,
sus manos que eran marfil
ahora son madera basta,
su cuerpo de fino alabastro tallado
, ligero grácil, etéreo,
ahora es como la rama de un árbol
al que el estío lo secara.
Esa sonrisa brillante
que en la mitad de la noche
cuando la luces se apagan
y solo brillan luceros
en la llanura estepada,
se apagó con la mañana.
En la fragua de su pecho
donde ardía la esperanza
que alimentaba en silencio
con la secreta esperanza
de que otro día nuevo
esas ascuas avivaran,
murió al nacer el día
y ver que fue baldía su esperanza.
Dicen que la niña muere,
que su existencia se apaga,
que ya no canta la alondra
y los ruiseñores callan,
que las flores se han secado,
que el verde valle se apaga
y el verde se ha vuelto oscuro
y el viento,
ese que a sus cabellos sueltos
muchas veces agitara,
se ha quedado dormido
en las colinas del alma.
Dicen que llora a raudales
los que la han visto sentada
en la oscura seca rama,
dicen que llora la niña
porque murió su esperanza.
JOSE R. MUÑOZ MAYO2007
2 comentarios:
Gracias Monica te ha quedado precioso y sabido darle forma.
Un millon de gracias.
jose.
Vaya por ti Natalia este poema y que dios que en cielo deba estar cuidandote reciba mis oraciones por ti.
jose.
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