GUADALAJARA, México — El 'patriarca' de la novela sobre narcotráfico en México, Elmer Mendoza, atiende a AFP en un 'stand' de la Feria del Libro de Guadalajara (FIL) cuando una mujer que espera por un autógrafo no se aguanta las ganas y le confiesa: "Te leo siempre.
Yo a ti sí te entiendo".
La escena demuestra la creciente atracción por la literatura que aborda el mundo del narcotráfico en un país preocupado por la espiral de violencia. Un interés aún más evidente con la abundancia de títulos sobre el tema en esta feria, la más importante del mercado editorial en español.
"Cuando la prensa hace el recuento de los 30.000 muertos (en los últimos cuatro años en México en el marco de la lucha antidrogas) no te hace pensar y entender tanto como un personaje literario que te introduce en ese mundo", razona a AFP Ana López, la seguidora de Mendoza.
"La noticia suele ser muy fría", coincide el escritor y periodista Luis Humberto Crosthwaite, quien presenta en Guadalajara su última novela "Tijuana: crimen y olvido".
"Ahora estaba leyendo una nota de que fue baleada una niña y su papá murió, seguramente por el 'narco'. El periodismo tiende a llegar hasta ahí y no voy a saber nada de la niña ni de su mamá. Y a mí como lector me interesa", desarrolla.
Largas filas se forman en la feria para escuchar a Mendoza, Crosthwaite o Anabel Hernández, que llega con su libro periodístico 'Los señores del narco'. En los pasillos de las editoriales se confirman los buenos resultados.
"El tema ha vendido más este año en México que el bicentenario (de la Independencia). En la FIL de 2009 el libro de Élmer ('Firmado con un klínex') fue el segundo más vendido pero el de este año ('La prueba del ácido') se perfila como el primero", afirma a AFP Adolfo Rodríguez, director comercial de la editorial española Tusquets en México, que edita también al Nobel francés Jean-Marie Le Clézio o al japonés Haruki Murakami.
En la FIL también se constata que la pujante literatura del narcotráfico ha captado la atención de escritores extranjeros.
El argentino Ricardo Piglia ('Plata quemada') dijo a AFP que sigue con interés a estos autores -habitualmente procedentes del norte de México, de donde proceden también la mayoría de los grandes capos- que son capaces de "desordenar el modo transparente en que la información organiza todo, cuando la realidad es mucho más densa y opaca".
También en esta FIL el español Arturo Pérez Reverte reconoció que buena parte del vocabulario que utilizó en su éxito 'La reina del sur' (2002) lo adquirió en las cantinas de Culiacán (noroeste) a las que le llevó su amigo Élmer Mendoza, al que describió como "una voz original y el patriarca de las letras norteñas".
La crueldad de los crímenes del narcotráfico han convertido al mexicano en un público difícil de sorprender pero Mendoza y Crosthwaite se resisten a dejarse arrastrar por esa espiral de violencia en sus libros.
"No tenemos que perder la conciencia de que hacemos literatura, pase lo que pase en la realidad. Aunque pasen cosas terribles no siempre son necesarias", recalca Mendoza, que se labró prestigio con títulos como 'Balas de plata', premio Tusquets 2007.
Además, apunta Crosthwaite, "escribir novelas es nuestra protección" en un momento en que el narcotráfico tiene presuntamente en el punto de mira a los periodistas -al menos 12 reporteros asesinados este año- y cantantes de 'narcocorridos', la música que narra las andanzas y los crímenes de los traficantes.
Tanto Mendoza como Crosthwaite niegan haber recibido amenazas y aclaran que sus fuentes de información siempre son externas a ese mundo, aunque haya quien pudiera imaginar lo contrario por la autenticidad de sus novelas.
Como dice Crosthwaite, "la ilusión del que sabe más de lo que sabe es parte del juego".
Por Guillermo Barros (AFP)
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