la indócil llamarada que no enciendo
y esta emoción que tiembla y que persiste.
ya no entiendo la voz sino el acento,
ya no busco ni espero ni presiento:
apenas sé que estoy. Que está. Qué existe.
neblina, soledad, engaño, fuego.
¿Es un juego? Pues bien, hay que jugarlo
con una dulce complacencia esquiva
o una total entrega fugitiva.
¿Y si fuera el amor? Hay que aceptarlo.
o una total entrega fugitiva.
¿Y si fuera el amor? Hay que aceptarlo.
ARGENTINA
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