martes, febrero 3

MONICA FIGUEROA- Mi silencio/2

Como si fuera una planta trepadora
de esas que van creciendo
que atacan con sus hojas hasta el ùltimo resquicio,
asì, de esa manera,
me va invadiendo el silencio.
Testigo inmutable de las voces que me rodean,
miro las imàgenes enfrente mìo,
como una pelìcula en blanco y negro ya repetida.
Los lugares comunes, los aromas de otros tiempos,
las sonrisas guardadas en la memoria.
Y el amor.
Y los rencores apaciguados.
El sabor del tè que ya se enfrìa,
el viento jugueteando en los arboles.
Esas miradas que no consiguen cruzarse,
tal vez por que los viejos dolores resucitan.

Crece el silencio.
Se agazapa en cada gota de sangre,
se expande en los mùsculos agotados.
Adormece cada cèlula del tiempo,
y la memoria queda suspendida,
quieta, congelada.

El cerebro no escucha.
El corazòn no responde.

Mis manos permanecen cerradas,
apretando la rabia,
clavando las uñas sin dolor ni respuestas.

Crece el silencio.
No hay palabras.
No quedan sentimientos,
ni làgrimas,
ni pena.-

Caigo en la oscuridad absoluta
que protege y que asusta.-

Inmersa en el silencio
ya no siento dolor.-


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