(Pintura: Marilyn Robertson)
A veces en las tardes,
el silencio se apiada de mi melancolia
y la borra de un golpe.
Todo lo que no fue,
se hace polvo en el aire.
Me recupera el tiempo de los sueños
me ciñe a su costado,
donde crece la fe,
y retorno al camino
donde el amor paso ya tantas veces
y no logre alcanzarlo.
Olvido por un rato.
Perdono.
Me libero.
Deshago con paciencia de artesano
el horizonte oscuro de unos años inutiles
y me voy de mi mano,
como quien se celebra,
en busca de esas cosas
que pueden habitarme todavia.
Por ejemplo,
una caricia a tiempo,
una voz que me nombre dulcemente,
alguien a quien le importe lo que guardo
debajo de la piel.
Que no haga trampa.
Que no me desconcierte.
Que invente para mi
la huella de una rosa
y amanezca conmigo.
Que mas puedo pedir?
(Argentina)
A veces en las tardes,
el silencio se apiada de mi melancolia
y la borra de un golpe.
Todo lo que no fue,
se hace polvo en el aire.
Me recupera el tiempo de los sueños
me ciñe a su costado,
donde crece la fe,
y retorno al camino
donde el amor paso ya tantas veces
y no logre alcanzarlo.
Olvido por un rato.
Perdono.
Me libero.
Deshago con paciencia de artesano
el horizonte oscuro de unos años inutiles
y me voy de mi mano,
como quien se celebra,
en busca de esas cosas
que pueden habitarme todavia.
Por ejemplo,
una caricia a tiempo,
una voz que me nombre dulcemente,
alguien a quien le importe lo que guardo
debajo de la piel.
Que no haga trampa.
Que no me desconcierte.
Que invente para mi
la huella de una rosa
y amanezca conmigo.
Que mas puedo pedir?
(Argentina)
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