Perezosa, indolente,
sin compasiòn ni pena,
resbalando en el aire
con el movimiento lento de los sueños.
Cierro los ojos.
El juego de colores de aquel cartòn
con rostros conocidos
se prende en las manos abiertas y frìas.
No necesito mirar para observarlos
Duros interrogantes en silencio.
Miradas fijas. Expresiòn helada.
Entre las hojas de ese libro
permanecìa oculta y silenciosa,
guardada segura en las sombras
sin la dolorosa urgencia
de mostrar la realidad ajena.
Cruel juego de verdad y fantasìa.
Vestidos elegantes, risa y mentira.
La mùsica clava el eco de los sonidos,
los ojos huecos, sin sentimientos,
las manos apoyadas en la mesa
descuidadamente rìgidas.
El cuadro pintado de vivos colores
brillante superficie, instante reciente,
quebrò en pedazos desparejos
la temprana caricia soñada.
Permanecìa oculta y silenciosa.
El suspiro inevitable, palpitante,
de la realidad concreta y frìa.
La deslizò suave, como un descuido
nacido en la casualidad no buscada.
Allì quedò. Sobre la alfombra gris.
Miradas frìas. Risa y mentira.
La historia dormida y olvidada
se prende en el espacio vacìo.
Ataja la ilusiòn de un abrazo
y marchita el sueño incumplido.
Mònica Figueroa
derechos reservados
año 2006