Alguna vez en el pasado, llegò a mis manos el primer poema que leì de Poldy Bird. Y hablar de la increible escritora, es hablar de Verònica. Su hija. Con sus emociones colgadas en cada palabra, en ese mundo de sensaciones y situaciones tan armoniosamente contadas, muchos hemos crecido junto a Verònica niña, adolescente, mujer. Y por sobre todas las cosas, hija de Poldy. Los consejos y el amor de cada frase fueron bàlsamo en mi vida y tambièn guìa para afrontar mis propios temores como mamà, recortaba sus cuentos de las revistas, luego pude comprar sus libros, y aùn sigo maravilllandome de su fluidez y de ese mundo metafòrico que nos regalò.
Hoy Verònica partiò. Cerrò sus ojos, dio el ùltimo suspiro y se fue a alguna estrella brillante de los cuentos de su mamá.
Trascendiò su propia existencia, fue la hija de todas, la adolescente compañera de chicas de su edad que leyeron y se nutrieron de cada palabra de Poldy, fue el encanto de los cuentos para leer sin rìmel, y quedò plasmada su relaciòn con la vida en Cuentos para Verònica, o Cuentos de amor.
Hablar del dolor de Poldy, luego de una difìcil operaciòn, està sobrando.-
Es la mamà que queda con las manos vacìas de presencias, las mañanas extrañas, los dìas extensos e incomprensibles y el dolor agitado en el pecho.
Yo, desde mi humilde lugar, aprendiz de escritora, quisiera tener una conexiòn invisible con Poldy y poder darle ese abrazo callado, tibio y fuerte que tanto se necesita en estos momentos.
Decirle que le debo a ella y a Verònica muchas cosas importantes que pasaron (o dejaron de pasar) despuès de leerla.
Decirle tambièn que Verònica seguirà presente cada vez que alguien lea sus cuentos, sus consejos, su mundo.
Cada vez que una nueva adolescente encuentre en sus pàginas la palabra justa y el amor que ellas se tenìan.-
Como Poldy dijo alguna vez: "El don màs importante que me dio Dios es traspasar al papel lo que siente la gente"
Y tan importante es ese don, ha traspasado nuestros sentimientos con tanta maestrìa, que hoy lloramos en silencio junto a ella la ausencia de una hija.-
¡Que Dios te tenga siempre en la palma de su mano, Verònica!
Y que siempre cuide a tu mamà. Amèn
Mònica